Wiki DanMachi
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¿Está mal causar un accidente para tener un encuentro en una mazmorra? (事故を装ってダンジョンに出会いを求めるのは間違っているでしょうか) es una historia corta dada a quienes compraron una versión digital del volumen 16 de DanMachi.

Resumen[]

A mitad de su infernal entrenamiento para su cita con Syr, Hedin le dijo a Bell que irían al Dungeon. Ya en el Piso 13, Bell preguntó la razón de que estuvieran ahí. El Elfo explicó que si coqueteaba en la superficie pronto correrían rumores sobre ello, lo que entristecería a Syr, ordenándole que fuera más consciente de su situación, no sin lanzar un torrente de insultos junto su explicación.

Bell no hizo más que disculparse, habiendo abandonado cualquier rastro de dignidad y completamente rendido ante el Elfo. El chico entonces preguntó si practicaría con monstruos y como podría saber si eran hembras, ganándose una patada de Hedin. Su maestro declaró que pasaría los siguientes tres días en el Dungeon, cazando tanto monstruos como mujeres. Bell se sorprendió al escuchar esto último, lo que provocó que Hedin lo pateara una segunda vez y tachara de pervertido.

El Elfo aclaró que usaría a aventureras como sujetos de práctica para prepararse para Syr. La razón por la que lo había llevado a ese piso en específico era que, después de los Pisos Superiores, el Piso 13 en concreto era el lugar en el que más accidentes ocurrían en el Dungeon debido al repentino incremento en la dificultad de navegarlo. La idea de Hedin era que ligara con las chicas que sufrían accidentes ahí para tomar ventaja del efecto del puente colgante y así facilitarle las cosas. Los dos avanzaron por la ruta principal, ya que era la más transitada por aventureros, a la vez que Bell cuestionaba la moralidad del plan hasta que Hedin le dijo que había llegado la hora de hacerlo.

Luego de que se ocultaran en las sombras Bell vio a un grupo de tres hombres y una mujer. Bell no consideraba que esa fuera una opción, pero Hedin señaló que los tres estaban interesados en ella y se mantenían unos a otros a raya, mientras que la mujer ya estaba harta de eso, volviéndola un objetivo fácil. Poniendo eso aparte, Bell notó que era lo suficientemente fuertes para navegar ese piso, quedando horrorizado al ver que Hedin provocó un Pase de Desfile para darle la oportunidad de rescatarla y como sus compañeros la abandonaron. Luego de criticar a su maestro por sus métodos, Bell se lanzó a salvar a la indefensa Elfa.

La Elfa por su parte creía que ese era su castigo. Se llamaba Laurier y pertenecía a la Familia Hermes. Su Dios le había asignado la misión de conseguir información de cierta Familia, por lo que se había unido a ese grupo compuesto por miembros de dicha Familia para sacarles información. Como una Elfa aquello le parecía demasiado inmoral, pero igual siguió con su misión hasta que fueron atacados por la manada de monstruos provocada por Hedin. Incapaz de hacer frente a tantos monstruos, Laurier aceptó eso como su castigo y maldijo a Hermes en su mente. Justo cuando los colmillos de un Hellhound iban a alcanzarla Bell llegó a salvarla y acabó con el enorme grupo de monstruos. Cuando el chico volteó a verla, el corazón de Laurier comenzó a latir más fuerte de lo que nunca lo había hecho, justo como Hedin lo había planeado.

Viéndola sonrojada, Bell se sintió culpable por lo que había hecho. Luego de que checara si estaba bien y ambos se presentaran la conversación se acabó, por lo que Hedin le lanzó un rayo y con una mirada gélida lo instó a tomar la iniciativa. Alarmado, Bell le ofreció un abrigo que Hedin le había dado. Laurier quedó movida por el gesto y avergonzada trató de rechazar su oferta de escoltarla, pero la desesperada insistencia de Bell la dejo aún más afectada, confundiendo las palabras en las que expresaba su preocupación por sí mismo por preocupación por ella.

Anteriormente Laurier se había acercado a hombres únicamente como parte de misiones, sin mencionar sus prejuicios y desprecio por otros como Elfa, por lo que carecía de experiencia con el amor. Además de eso, Bell encajaba perfectamente en sus preferencias respecto a los hombres, de las cuales ni siquiera ella misma sabía. Sin ser capaz de entender su propio comportamiento, una sonrojada Laurier aceptó su propuesta. La Elfa ni siquiera se dio cuenta cuando Bell soltó un suspiro de alivio.

En su camino los dos hablaron sobre asuntos del Dungeon y sus vidas privadas. Bell siguió las enseñanzas de Hedin de alabar los buenos puntos de su cita, estrategia que resultó efectiva ya que Laurier se estaba sonrojando cada vez más. Continuó protegiéndola hasta que llegaron al pasaje a los Pisos Superiores, momento en el que se alegró por haber terminado con su primera escolta, pero entonces Laurier volteó a verlo con una mirada decidida.

La Elfa insistió repetidamente en pagarle de vuelta por su amabilidad hasta que Bell finalmente accedió. Para su desgracia, Hedin lo golpeó con un rayo tan pronto lo hizo y se lo llevó tan rápido que Laurier ni siquiera lo vio. Hedin lo reprendió, cuestionando si estaba menospreciando su cita con Syr. Su maestro añadió que si interactuaba más con ella las cosas se complicarían, comentando que no había nada más problemático que una joven Elfa inocente que había experimentado un "encuentro". Después de decir eso Hedin declaró que continuarían con su entrenamiento, haciendo que Bell se diera cuenta que su batalla no había terminado.

Al ver a Bell desaparecer tan repentinamente Laurier se preguntó si aquello no había sido una alucinación. Sin embargo, el abrigo en sus hombros era prueba de que en realidad había pasado. Mientras abrazaba el abrigo, se preguntó cuando volverían a encontrarse. Así, otra apasionada fan del conejo blanco nació. Hermes también quedó sorprendido al enterarse que su dependiente quedó tan enamorada de Bell que no cumplió su misión.

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Navegación[]

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