Wiki DanMachi
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Argonaut Evento

Argonaut (アルゴノゥト) es un evento de DanMachi ~Memoria Freese~. Fue escrito por Oomori Fujino y lanzado en 2019 en conmemoración del segundo aniversario del juego.[1]

Se dividió en dos partes tituladas "Primer Capítulo" Marcha del Payaso (「前章」道化行進) y "Capítulo Final" Destino del Héroe (「後章」英雄運命), las cuales fueron publicadas el 19 de junio y 10 de julio respectivamente.[1][2][3] El 25 de julio se lanzó No es nada, una escena de cierto día (なんてことない、とある日の情景), la Extra Story del evento.[4]

El evento tiene lugar durante los Tiempos Antiguos, mucho antes del comienzo de la historia, y cuenta la verdadera historia de Argonaut y como llegó a convertirse en un héroe y ser considerado el "héroe del comienzo". Es la primera historia de la franquicia de DanMachi cronológicamente hablando, y ha sido llamada incluso DanMachi Episode Zero (ダンまちエピソードゼロ).[1]

Su tema musical es Tatta Hitotsuno interpretado por Iguchi Yuka.[1]

Una novelización a cargo del propio Oomori Fujino, con ilustraciones de Kakage, se anunció el 30 de diciembre de 2022 como el sexto de los diez proyectos en conmemoración del décimo aniversario de la franquicia.[5]

Sinopsis[]

Hace mucho tiempo, en una era llamada los Tiempos Antiguos.
En una era en la que los Dioses no se encontraban en este mundo, y ni siquiera se creía en su existencia.
Una era en la que el dungeon era llamado el Gran Agujero
y en la que monstruos incesantemente salían arrastrándose al mundo.
Un mundo en el que algo como pelear contra los poderosos monstruos era inútil.
Un mundo gobernado por la resignación y desesperación que se dirigía hacia una lenta destrucción.
Ese relato, no escrito por los historiadores, es la historia de un pequeño hombre.
Ese relato, cantado e hilado por una trovadora, es la historia del inolvidable payaso.
Ese relato sin importar la era
y sin importar el lugar es un "cuento heroico" que sigue siendo amado por la gente-
Cuando tocó el verdadero poema, la contadora de historias tranquilamente declaró.
"Entonces, que la comedia comience-"[6]

Resumen[]

Parte 1[]

Después de derrotar a un monstruo que encontró, Argonaut celebró su victoria hasta que fue detenido por su hermana Feena quien lo golpeó por lo que había hecho, señalando que era un molino de viento y no un monstruo. Al notar que ella tenía razón, decidió escribirlo en su héroe, lo que provocó que Feena lo golpeara nuevamente por usar un libro tan caro, ganando la atención del resto de los aldeanos que se rieron de la escena habitual.

Una vez que terminó de reparar el molino de viento, Feena se quejó del comportamiento de Argonaut y se preguntó si alguna vez cambiaría. Algunos aldeanos se acercaron a ella y hablaron sobre su hermano con ella, recordando que él había hecho cosas similares en el pasado. Ella les preguntara si no tenían problemas con que él fuera así, a lo que ellos respondieron que, aunque molesto, los entretenía y hacía reír, algo que se agradecía considerando la constante amenaza de monstruos con la que vivían.

Cambiando de tema, uno de ellos le preguntó si había escuchado que la capital estaba buscando un héroe e invitó a la gente a reclamar el título. Feena se preocupó de que su hermano se hubiera enterado y fue a buscarlo cuando los aldeanos dijeron que ya le habían contado. Cuando finalmente lo encontró, trató de convencerlo de que no fuera, diciéndole que no estaba calificado para convertirse en un héroe. Argonaut estuvo de acuerdo con eso, pero dijo que su determinación era suficiente para convertirse en uno, afirmando que el mundo necesitaba un héroe. Incluso si no podía convertirse en uno, todavía quería ir a la capital, diciendo que era su deber buscar un héroe allí, y agregó que había una leyenda sobre un santuario de un Espíritu cerca de la capital que quería visitar.

Al día siguiente, el par partió en su viaje a la capital. Pronto se encontraron con un grupo de monstruos que lastimaron a Argonaut, lo que obligó a Feena a intervenir y matarlos usando magia. Argonaut se sorprendió de que ella pudiera usar magia, pero Feena respondió que necesitaba aprenderla porque él no podía protegerse. Luego le ordenó que la dejara atrás mientras ella se ocupaba de ellos. Después de derrotar a los monstruos, Feena y su hermano escucharon un grito, y ambos decidieron ir a ayudar. Al ver que era una mujer linda, Argonaut trató de luchar valientemente contra los monstruos para impresionarla, aunque solo terminó cubierto de sangre mientras que Feena mató a todos los monstruos.

Cuando creían haber acabado, otro monstruo apareció de repente y trató de atacarlos. Afortunadamente, fueron salvados por un Hombre Lobo que llegó justo a tiempo. Argonaut preguntó por su nombre y logró convencerlo de decírselo después de argumentar que era para agradecerle por salvarlos. El Hombre Lobo se presentó como Yuri y le preguntó su nombre. Argonaut también se presentó y dijo que se convertiría en un héroe, haciendo que Yuri les preguntara si también iban a la capital. La mujer trató de agradecerle a Yuri pero él no la dejo, diciéndole que ella le daría provisiones después de que la llevara a su hogar, llamándolo un intercambio. La mujer estuvo de acuerdo y los dos se fueron.

Esa noche, Yuri le preguntó a Argonaut por qué estaban en su campamento. El chico respondió que todavía no le había dado las gracias y no querían seguir viajando solos. Feena se disculpó por la actitud de su hermano y le preguntó a Yuri cuál era la razón para ir a la capital, preguntándose si él también quería convertirse en un héroe. Yuri lo negó, explicándoles que la gente iba a la capital por la recompensa prometida por el rey. Feena trató de descubrir qué quería obtener Yuri, sin embargo, él se negó a decírselo. Cuando ella trató de disculparse, él le dijo que no violara su honor y la insultó, preguntándole si había perdido la sabiduría de los Elfos debido a su sangre contaminada.

Al escuchar sus palabras, Argonaut le dijo que se retractara de lo que dijo, diciendo que ella era la prueba del amor entre dos razas. Lamentando lo que dijo, Yuri se disculpó y decidió contarles su razón para ir a la capital como compensación. Su deseo era que aceptaran a su clan en la capital debido a la amenaza de los monstruos. A Argonaut le pareció extraño que fuera a hacer eso considerando lo orgullosos que eran los Hombres Lobo, pero Yuri dijo que había perdido el suyo tras la muerte de su hermana a mano de unos monstruos, declarando que haría lo que fuera necesario por proteger a su clan.

Un mes después de iniciar su viaje, Argonaut se preguntaba cuando iban a llegar. Feena se molestó de que se quejara, señalando que habrían sido atacados por monstruos de haber tomado el camino directo. Yuri no entendía como alguien como ella podía estar con él, siendo que no eran hermanos de sangre, pero detuvo a Feena antes de que pudiera explicarle, ya que no le interesaba saber sobre ello. Feena le dijo a su hermano que Yuri parecía ser una buena persona pese a su actitud, con lo que él estuvo de acuerdo, y se sorprendió cuando el guerrero comento que podía oírlos.

Intentando cambiar el tema, ella preguntó cómo podía la capital mantener la paz pese a los monstruos. Yuri le explicó que era debido a su ejército liderado por su poderoso general, Minos, quien era llamado Señor del Trueno y la clave de la paz de la capital. Finalmente, el grupo llegó a la capital. Antes de entrar Yuri declaró que se iba a separar de ellos, ya que él y Argonaut era contendientes por el mismo título. Argonaut se negó a dejarlo ir, argumentando que aún no le había agradecido. Yuri le dijo que entonces lo hiciera, pero el chico se negó, diciendo que no quería hacerlo, y lo invitó a quedarse. Yuri se molestó por su actitud y una vez que se calmó se despidió de ellos y se fue.

Ya dentro de la ciudad, Argonaut y Feena se quedaron maravillados por la vista hasta que una extraña chocó con Argonaut. Sorprendido por su belleza, trató de coquetear con ella, pero ella rápidamente se fue incluso antes de que empezara.

En el castillo, un gran grupo de personas se habían reunido para reclamar el título de héroe. Cuando Feena se preguntó cuántos habían, una mujer Elfo le informo que ella y su hermano eran los visitantes número 501 y 502 y se presentó como Ryuulu. Ellos se sorprendieron de ver a un Elfo ahí y le preguntaron si era aspirante a ser un héroe, lo que ella negó, diciendo que solo era una barda y estaba ahí para hacer canciones sobre héroes. Argonaut le dijo que entonces hiciera una de él. Ella dijo que lo haría si llamaba su atención y se despidió después de desearle suerte.

Viendo a las personas reunidas ahí, una mujer se rio de ellos, refiriéndose a ellos como tontos que querían un título sin valor, agregando que no quedaba nada que salvar en ese mundo.

El comandante del ejército anunció el inicio del ritual de selección, ordenándoles que lucharan entre ellos, y declarando que los últimos diez en pie serían los verdaderos candidatos. Debido a su falta de habilidad o fuerza, Argonaut dependió de su hermana para sobrevivir, ganándose el disgusto de todos los demás participantes. Disgustado por sus tácticas cobardes, un guerrero Enano decidió atacarlo.

Los hermanos quedaron sorprendidos por su fuerza mientras que el Enano reconoció a Argonaut por haber sido capaz de esquivar su ataque, por lo que le preguntó su nombre y se presentó como Garms, declarando que lo mataría por deshonrar a los guerreros. Asustado, Argonaut trató de huir a la vez que Feena lo atacaba con magia. Sin embargo, Garms no fue afectado por ella. El chico humano quedó maravillado, diciendo que la avanzada edad del guerrero los había engañado, lo que molestó a Garms, quien le gritó que sólo tenía 18 años, para sorpresa de ambos hermanos.

Garms comenzó a perseguir a los dos hasta que el comandante anunció el fin de la prueba. Sorprendido por ello, el Enano guerrero creyó que había hecho tiempo hasta que otro guerrero cayera tras reconocer que no podían ganar contra él. Argonaut entonces le preguntó si había reconocido su habilidad lo suficiente para no matarlo. Garms lo negó, pero admitió que reconocía su astucia y lo dejó ir. Tras ello, el comandante los llamó para llevarlos ante el rey.

Feena se alegró al ver que Yuri había pasado la prueba. Él le dijo que era obvio y que, por otro lado, ellos debieron haber usado toda su suerte para llegar hasta ahí. Ella estuvo de acuerdo, comentando que todos los que habían pasado parecían fuertes. Yuri la corrigió, señalando que la mitad también había logrado pasar por pura suerte y aunque Garms era obvio cómo lo había hecho no sabía que pensar de Ryuulu, quien también había pasado. Además de ello, le aconsejó tener cuidado de la Amazona que había superado la prueba, advirtiéndole sobre lo peligrosa que era. Habiendo terminado Yuri le preguntó dónde estaba su hermano, haciendo que se diera cuenta de que lo había perdido.

Perdido en el castillo, Argonaut optó por escribir sobre ello en su diario. Mientras lo hacía, una mujer llegó y le dijo que no podía vagar por el castillo. Argonaut trató de preguntar por su nombre y cuando ella se negó él decidió presentarse, diciendo que algún día sería conocido como el verdadero héroe. La chica se rio de ello, señalando que sólo pasó la prueba gracias a su hermana, y le recomendó que se fuera. Antes de que se fuera, Argonaut insistió en que le dijera su nombre, el cual ella dijo que era Olna, tras lo cual se fue. Poco después, Feena llegó y se llevo a su hermano de ahí.

Habiendo sido llevados ante el rey, los candidatos quedaron atónitos por su apariencia que inspiraba desconfianza. A pesar de ello, Argonaut preguntó sin molestia sobre una mujer llamada Olna. El rey se sorprendió de que la hubiera conocido y explicó que era una invitada, una Amazona que había sido marginada por su falta de habilidad para luchar. Aunque en cambio poseía la habilidad de leer las estrellas, siendo el pilar de la paz de la capital junto con el general Minos. Terminada la explicación, el rey les informó sobre su siguiente tarea, la cual consistía en capturar a su hija que había huido del castillo.

Fuera de la sala del trono, Yuri se quejó que esa fuera su siguiente tarea, no obstante, se dispuso a hacerla con tal de ayudar a su clan. Viendo esto, Garms se refirió a él como la mascota del rey, iniciando una discusión. Feena se preocupó por ello mientras que Argonaut en su lugar tomó la oportunidad para adelantarse a ellos, haciendo que los dos guerreros dejaran de discutir y fueran tras él.

Después de correr por un rato buscando a la princesa Argonaut se detuvo abruptamente, causando que Feena chocara con él tras haberlo seguido. Ella le preguntó porque se había detenido, a lo que él respondió que no sabía como lucía la princesa, ganándose un golpe de parte de su hermana. Para resolver esto decidió preguntarle a los demás candidatos sobre ello, quienes le dijeron que era una chica con cabello negro, grandes senos y un aura divina. Argonaut les agradeció por la información y comenzó a buscar nuevamente, aunque pronto fue detenido por su hermana, que señaló que era imposible que existiera una chica así.

Mientras hablaban, uno de los candidatos le dijo a Argonaut que la princesa había sido vista, haciendo que fuera por ella. Los demás también dijeron que estaba en otros lugares, ocasionando que corriera de un lado a otro. Después de enviarlo a otro lado diciendo que alguien necesitaba su ayuda Feena lo alcanzó y le dijo que estaba siendo engañado. Argonaut admitió que era posible, pero señaló que si había alguien que necesitaba ayuda, mostrando que había ayudado a una niña perdida.

Feena le ordenó quedarse allí hasta que volviera y se fue por Yuri y los demás para obtener información sobre la princesa. No obstante, al escuchar que supuestamente alguien estaba en problemas, decidió ir a ayudar. En su camino chocó con una chica, quien resultó ser la misma con la que se había encontrado cuando llegó a la ciudad. La chica se quedó quieta un momento hasta que escuchó a unos guardias acercándose. Al ver que estaba siendo perseguida Argonaut decidió salvarla, llevándosela luego de que los guardias por fin la capturaran.

Una vez que lograron perderlos Argonaut le preguntó si estaba bien. Ella aseguró estarlo y le agradeció. Él respondió que era su deber salvar chicas como ella y preguntó por su nombre. La chica se presentó como Aria a lo que él respondió diciéndole igualmente su nombre. Cambiando a un tono más serio, la interrogó sobre la razón de que los guardias la siguieran, pero ella se quedó callada. Viendo esto, Argonaut optó por presentarse y contarle sobre él, mencionando que había llegado a la capital para volverse un héroe y estaba buscando a la princesa por ordenes del rey. Esto molestó a Aria e hizo que tratara de escapar, haciendo que Argonaut la detuviera y preguntara si había cometido un error.

Furiosa, ella aseguró que los héroes no existían y huyó. No obstante, pronto fue rodeada por soldados nuevamente. Afortunadamente para ella, Argonaut volvió a salvarla y se la llevó lejos hasta que se toparon con los candidatos para héroe, quienes le preguntaron al chico por una hermosa mujer rubia de ojos azules. Él negó haberla visto pero dijo escuchar de una hermosa chica en el distrito oriental.

Una vez que se fueron Aria le preguntó porque la había ayudado pese a saber que era la princesa. Argonaut negó saber quien era, sorprendiéndola, y sugirió explorar la ciudad para mejorar su ánimo, asegurándole que estaban seguros en el distrito oeste. Ella volvió a preguntarle porque la ayudaba, ante lo que él respondió no necesitar una para ayudar a una chica. Aria comentó que no podía entenderlo, por lo que Argonaut sugirió seguir con su cita para que lo conociera mejor.

Aria negó que eso fuera una cita pero él insistió en que lo era, haciendo que ella mencionara no saber nada sobre ellas y que tampoco conocía la ciudad. Él le dijo que no se preocupara ya que actuaría como su guía. Sin embargo, antes de eso decidió bailar con ella para hacerla sonreír y, aunque no lo logró, Aria perdió la expresión triste de su rostro por la vergüenza. Viendo que la gente a su alrededor estaba comenzado a ponerse celosos, Argonaut decidió proseguir con su cita en otro lado y se llevó a Aria a la vez que ella exclamaba que no estaban en una.

Habiendo llegado a una fuente, Aria se maravilló de que algo tan bello existiera en la ciudad. Argonaut le recomendó realizar un hechizo de buena suerte. Ella decidió seguir su consejo y se molestó al enterarse que era uno para jurar amor eterno, enfureciéndose aún más al enterarse que era solo invento suyo. Ante su molestia por ser engañada, él cuestionó que hubiera un problema con ello, comentando que ese era un recuerdo solo de ellos e incluso si Aria no era su verdadero nombre esa memoria lo era. Al notar que nuevamente la gente a su alrededor estaba poniéndose celosa, Argonaut optó por irse una vez más.

Una vez se detuvieron, Aria se sorprendió por cuanto había corrido y hablado ese día, preguntándole a Argonaut como podía provocarle tantas emociones, a lo que animadamente respondió que era su destino Esto ocasionando que Aria pusiera una expresión sombría y mencionara que odiaba el destino, por lo que él optó por corregir sus pablaras, diciendo que había sido simplemente inevitable. Continuó diciendo que incluso si había sido una coincidencia él de todas formas la habría encontrado, finalizando con un juramento de que nunca olvidaría ese día ni dejaría que estuviera sujeta por el destino. Ella dijo que parecía un persona de ficción y se rio cuando él comentó que no era la primera en decir eso.

Argonaut señaló que por fin había sonreído y dijo que esperaba que siguiera haciéndolo. Le preguntó si podría quedarse con él un poco más, sin embargo, fueron interrumpidos por Elmina, quien le dijo a Ariadne que debía volver al castillo. Argonaut trató de luchar con ella, pero fue fácilmente derrotado. Ariadne le dijo que no debía pelear con ella, revelándole que era la asesina personal del rey, hermana de Olna y expulsada de su tierra natal. Argonaut preguntó sobre esto último, a lo que Elmina simplemente respondió que mató mucha gente, agregando que él se volvería parte de su lista.

Por suerte para él, antes de que ella pudiera atacarlo, Feena usó Flare Burn, obligando a Elmina a esquivarlo y bloqueándole el paso. Los caballeros pronto llegaron al lugar y rodearon el distrito por ordenes de Elmina para evitar que escaparan. Ya lejos del lugar, Feena curó a su hermano usando su magia Light Heal. Tras ello le preguntó que intentaba hacer, consciente de que esa chica era la princesa y recordándole que su misión era devolverla al castillo. Ella trató de razonar con él pero finalmente accedió a ayudarlo.

Pese a la gran cantidad de enemigos en su camino, los dos hermanos lograron abrirse paso hasta que llegaron Yuri y Garms, quienes cuestionaron sus acciones. Feena trató de pedirle ayuda a Yuri pero él se negó, indispuesto a perder la oportunidad de su tribu. Por su parte, Garms, al ver la situación y resolución de Argonaut, decidió matarlo él mismo en vez de dejar que los soldados o demás candidatos lo hicieran para por lo menos darle una muerte honorable. Después de que los dos fueran derrotados Elmina fue por Ariadne y le ordenó a los soldados que acabaran con Argonaut y Feena. Ante esto, Ariadne ordenó que los liberaran a cambio de que volviera al castillo, amenazando con suicidarse si no lo hacían.

No teniendo otra opción, Elmina obedeció su orden. Argonaut intentó desesperadamente convencerla de no darse por vencida pero en su lugar Ariadne respondió agradeciéndole por todo y despidiéndose.

Al día siguiente, el rey llamó a todos los candidatos a héroe para hablar con ellos. Los felicitó por cumplir su primer trabajo y, pese a sus acciones, perdonó a Argonaut por su rebeldía según el deseo de Ariadne. Cambiando de tema, les informó que un ejercito enemigo se estaba acercando a la capital y les ordenó enfrentarlo, prometiéndoles que el que volviera sería nombrado héroe.

Más tarde, Ryuulu se sentó junto a Feena en el almuerzo. Las dos comenzaron una discusión sobre las ordenes del rey a la que pronto se unieron Garms y Yuri. La Elfa se sorprendió de que estuvieran en buenos términos después de haber peleado entre ellos. Garms comentó que los Enanos eran simples y tomaban y comían con quienes aprobaran mientras que Yuri mencionó que prefería estar con ellos que con los demás candidatos. Garms agregó que podían irse si Feena tenía un problema con ello, lo que ella negó. Además, dijo que quería hacerles una pregunta, la cual era sobre su motivo para volverse héroe.

El Enano reveló querer recuperar su tierra natal, Rhondda, de los monstruos que la habían atacado. Para ello, quería pedirle sus soldados al rey, algo por lo cual estaba dispuesto a servirle para ganar su confianza. Feena siguió con Ryuulu, quien le recordó que ya le había dicho que solo estaba allí para hacer canciones. Garms dijo que era mejor que tomara un arma pero ella se negó, asegurando que era débil y no duraría mucho peleando.

Él expresó su decepción pero ella le aseguró que las canciones tenían su propio valor, ya que creía que podían dar esperanza a la gente, agregando que debían trabajar juntos para sobrevivir. Yuri dudó que fuera posible sobreponerse al fin pero Ryuulu comentó que como no era algo seguro debía seguir cantando. Feena lamentó no poder preguntarle a Elmina su motivo pero los demás le aseguraron que era mejor ser cautelosos respecto a ella.

Yuri le preguntó a Argonaut si no iba a hablar, exigiéndole una explicación por lo del día anterior. Cuando finalmente habló, Argonaut se disculpó por no responder, prefiriendo en su lugar preguntarle a Ryuulu si era hombre o mujer. Los demás se sorprendieron por su pregunta, aunque Feena y Garms reconocieron también tener mucha curiosidad respecto a ello. Ryuulu se negó a revelarles su género y planteo una solución para cada intentó que propusieron. A pesar de su insistencia inicial, Argonaut se rindió al declarar que no importaba ya que su pecho era plano. Provocada por esto, Ryuulu comenzó a torcer sus articulaciones para causarle dolor, haciendo que Argonaut concluyera que era mujer, aunque ella continuó negando que eso respondiera su duda.

Mientras el chico yacía agonizando, Yuri le preguntó a Feena de que huía la princesa. Garms pensó que podría haber escapado de sus labores reales basándose en las palabras del rey sobre como había tenido que asumir los deberes de su madre luego de que esta muriera.

Sin embargo, tanto él como los demás dudaban de lo que había dicho. Feena señaló que era extraño enviar tantos soldados solo para recuperarla, ante lo que Ryuulu mencionó haber escuchado que los miembros de la familia real habían tenido cortas esperanzas de vida, siendo el rey la única opción y Ariadne la única familia que le quedaba. Añadió que eso explicaría su desesperación por recuperarla, pero no podían estar seguros.

Por la noche, Argonaut trató de escabullirse para ver a Ariadne y fue detenido por Olna, quien le aconsejó no continuar s quería vivir. En su lugar le preguntó por el olor a sangre que emitía el castillo, lo que ella atribuyo al karma y las malas acciones de las personas. Él le dijo que solo quería ver a la princesa, incitando a la adivina a cuestionar sus motivos para ello, finalizando con que sin importar cuales fueran no lo dejaría hacerlo ya que solo la lastimaría. Ella repitió su advertencia pero él siguió firme respecto a su convicción.

Viendo su terquedad, Olna declaró que era la segunda persona que más odiaba, refiriéndose a él como un tonto que no conocía su lugar. Argonaut preguntó por la primera, a quien ella solamente se refirió como un monstruo que no valía la pena salvar. Cuando ella comenzó a irse, le preguntó si podía decirle donde estaba Ariadne. Ella dijo no saberlo y que incluso si lo hiciera no se lo diría. Entonces, en lugar de ello, le pidió que le diera un mensaje de su parte, el cual era que iría por ella otra vez y la haría sonreír.

En su camino Olna se encontró con Elmina, quien le aconsejó no acercarse al chico. Ella le aseguró que solo le había dado una advertencia ya que había una asesina merodeando. La Amazona se sorprendió por su respuesta pero reiteró su punto al señalar que él motivaba a la gente a unírsele, haciendo que se preocupara de que le hubiera hecho lo mismo. Molesta, Olna le dijo que no era su asunto y no le ordenara que hacer. Elmina respondió con una mirada triste que la había protegido y seguiría haciéndolo. Olna la interrumpió y antes de irse le dijo de manera despectiva que la odiaba.

En las celdas del castillo, Olna interrogó a Ariadne, preguntándole porque había regresado. La chica se disculpó, recordando que había sido ella quien le permitió escapar, y le agradeció por lo que había hecho. La adivina le informó que tenía un mensaje de Argonaut para ella. Al decírselo, Ariadne lloró de alegría y le pidió que fingiera nunca haberle entregado el mensaje. Olna le aseguró que esa había sido su idea desde el principio y se fue. Mientras escuchaba los sollozos de la chica, Olna lamentó no poder hacer nada y pensó que lo que le había dicho a Argonaut era incorrecto, ya que era a sí misma a quien más odiaba.

Al entrar en su habitación fue recibida por el joven en cuestión, el cual le preguntó si había entregado el mensaje. Ella se preguntó si los candidatos no debían atender a su entrenamiento, lo que él confirmó pero dijo haber evadido ya que no quería desanimarse al ver la brecha entre él y los demás. Olna lo llamó escoria y negó haber entregado su mensaje cuando continuó insistiendo, advirtiéndole que si no se iba llamaría a los guardias. Argonaut comentó que ni ella ni la princesa parecían sonreír mucho y se decidió a hacerla sonreír también.

Comenzó a escribir alegremente sobre ello en su diario pero fue interrumpido por Olna, que le repitió que se fuera. Mencionó que el fin del mundo era inminente y no valía la pena intentar nada. Ya con un rostro más serio, Argonaut notó que era nihilista, lo que ella confirmó. Recordando que era una adivina, Argonaut le pidió que entonces le realizara una lectura de fortuna del futuro del mundo. Le explicó que, aunque no podía entender su desesperanza, quería acabar con su melancolía y creencia de que no había un futuro, retándola a ver si su pesimismo podía sobreponerse a su optimismo.

Los dos debatieron un rato hasta que Olna declaró que era incapaz de ganar contra él debido a lo delirante que era. Aún así, como reconocimiento a su pasión al hablar, decidió contarle su predicción. Le contó que entre el norte del Páramo Kalunga, el lugar donde se libraría la batalla a la que los iba a enviar el rey, y el sur de la capital un incidente tomaría lugar en un profundo cañón y allí se encontraría con alguien que lo había estado esperando, su destino. Además de ello, le prometió que si era capaz de mantener su confianza luego de ver lo que había allí lo llevaría a ver a Ariadne.

Tres días después, el ejército y los candidatos se encontraban en lo que sería su campo de batalla. Yuri y los demás platicaron entre ellos por un rato, curiosos sobre donde se encontraba el famoso general, y se sorprendieron al escuchar al comandante, quien declaró que dejarían pasar al enemigo y dejarían todo al General Minos. Por su parte, ellos fueron asignados la tarea de lidiar con un ataque de monstruos en el sureste junto a la tercera división.

Después de una ardua batalla lograron repeler a los monstruos, aunque notaron que eran los únicos que quedaban ya que todos los demás habían huido. Terminado su labor, fueron a observar la situación en el campo de batalla. Rápidamente se dieron cuenta de que todos los soldados carecían de cualquier habilidad de combate y continuaban retirándose a la vez que parecían estar guiando al enemigo. Mientras los demás se preguntaban que hacer, Argonaut recordó las palabras de Olna, por lo que decidió ir al lugar del que había hablado para descubrir a que se refería.

Habiendo seguido al chico, el grupo quedó impactado al descubrir que todo el ejército de la capital se había retirado y el enemigo estaba a punto de tomar la ciudad. No obstante, su atención fue pronto atraída hacia el gran espacio abierto frente a ellos y la enorme puerta al final del mismo. Conforme los enemigos entraban uno a uno al área la puerta comenzó a abrirse. Desde ella emergió una gran figura con una armadura y un casco con un símbolo de rayo que portaba un hacha de batalla, la cual reconocieron como el General Minos.

Negándose a retroceder ante un solo oponente, el ejército se lanzó al ataque, solo para comenzar a ser horriblemente masacrados por su enemigo mientras este rugía. Todos se quedaron atónitos ante la increíble escena, incapaces de creer que en verdad pudiera acabar tan fácilmente con todo un ejército. Argonaut era el más afectado de todos puesto que se había dado cuenta de la verdadera identidad del legendario general. Los demás pronto también se dieron cuenta que en realidad era un monstruo, un Minotauro, cuando se quitó el casco y comenzó a devorar a sus adversarios. El ejercito enemigo trató de retirarse pero no pudieron hacerlo al haber sido bloqueada su única salida por los soldados de la capital. Inmóviles, los candidatos a héroes observaron como el monstruo continuaba su festín.

De vuelta en Lakrios, Argonuat se dirigió a la habitación de Olna a pedirle una explicación. Ella calmadamente le contó que hace tres generaciones, cuando la capital estaba cayendo bajo el ataque de monstruos, una misteriosa cadena irrompible cayó del cielo. El rey de ese entonces la usó para subyugar un Minotauro, teniendo éxito en el proceso. Desde entonces, la bestia había sido controlada y usada para defender la ciudad. Él le preguntó como conocía tal secreto si era solo una invitada, pero ella se negó a responder. En su lugar, continuo contándole más, revelándole que el precio por mantener el control sobre el Minotauro era ofrecerle constantemente sacrificios, personas que tuvieran un lazo de sangre con el dueño de la cadena.

Tras escuchar esto último, Argonaut se horrorizó al darse cuenta que Ariadne era el próximo sacrificio. Olna le dijo que ella era consciente de su destino pero se había negado a aceptarlo. Sin embargo, después de conocerlo, se había resignado a ello con tal de proteger su vida. Determinado a impedir que muriera, Argonaut salió corriendo de la habitación para intentar salvarla pese a las advertencias de Olna que ello solo haría que lo mataran.

Recordando la puerta en el campo de batalla, determinó que ella debía estar captiva bajo tierra. En su camino notó que no había nadie, sospechando que estaba siendo guiado en una trampa. Encarado por el rey mismo, Argonaut le preguntó como era capaz de alimentar al Minotauro con sus propios hijos. Este respondió que era su deber como gobernante proteger a la mayoría sobre una sola persona, incluso si era su propia familia. El chico se negó a aceptar que aquello estuviera bien y, no satisfecho con eso, cuestionó aún más sus acciones, señalando que había comenzado la guerra solo para satisfacer el apetito del monstruo.

Sorprendido, el rey lo felicitó por su acertada deducción y le preguntó que debería haber hecho entonces. Argonaut declaró que debería haber terminado con ello, pues tarde o temprano se quería sin sacrificios, recalcando que esa era su situación actual con él y Ariadne como los últimos miembros de la familia real. El soberano admitió que tenía razón, recordando que para cuando se dio cuenta que requería sangre pura era muy tarde para relacionarse con otras familias reales. Igualmente, reconoció estar algo reacio a sacrificar a su hija, sorprendido que todavía quedara algo de amor en él.

Al escuchar esto último Argonaut reconoció con tristeza que el rey había perdido la cordura, algo que él mismo confirmó. En un desesperado intento el joven le pidió su ayuda para acabar con la bestia pero él se negó, repitiendo que era necesario para proteger la ciudad. Ante esto el chico declaró que entonces rescataría a la princesa, incitando al rey a llamar a sus caballeros. Luego de mentirles sobre Argonaut había tomado a la princesa cautiva, ordenó que esparcieran el mensaje y lo capturaran.

Elmina transmitió el mensaje a los candidatos a héroes, quienes conscientes de la verdad sobre el Minotauro dedujeron que era una mentira. No obstante, no tuvieron más opción que resignarse cuando ella les recordó las recompensas del rey por su servicio. En medio de su huida, Argonaut fue confrontado por los candidatos a héroes aparte de sus amigos. Luego de una batalla con ellos se encontró nuevamente ante Elmina. No obstante, al igual que antes, Feena usó Flare Burn para protegerlo y otorgarle una oportunidad de escape, la cual, pese a no querer dejar a su hermana atrás, fue forzado a tomar. Poco después, encarado una vez más por la Amazona, Garms fue quien acudió a ayudarlo en esta ocasión, fingiendo que lo atacaba y golpeándolo con su mazo de batalla para enviarlo volando, permitiéndole huir.

Aterrizando en otra torre, Argonaut prosiguió con su escape, encontrándose esta vez con Ryuulu. La Elfa lamentó su situación actual, así como incapacidad para ayudarlo tanto antes como en ese momento. Aún así, le informó sobre una vía de escape en el sótano de esa torre. El chico le preguntó si recibiría ayuda de "él", sin embargo, ella le recordó que él aún tenía algo que proteger, por lo que no podría hacerlo.

Habiendo llegado finalmente bajo tierra, Argonaut se reunió con Yuri, quien le dijo que lo capturaría por orden del rey. Tras acertar un golpe el Hombre Lobo le reclamó con furia, cuestionando el porque no había usado su velocidad para esquivar su golpe o su constante parloteo para engañarlo y así poder huir. Furioso, le preguntó si su historia acabaría allí. Ante esas palabras, el joven Humano mencionó que verdaderamente tenía un corazón amable.

Al escuchar esto Yuri arremetió una vez más para atacar, creando un hueco en la pared con su golpe. Después procedió a inventar una historia en la que había creído haber acabado con él con aquel golpe, oportunidad que Argonaut aprovechó la para escapar. Comprendiendo lo que estaba haciendo, Argonaut le agradeció por su ayuda, provocando que este recordara cuando le había pedido su nombre para agradecerle. El chico le agradeció por todas las veces que lo salvó, afectando al Hombre Lobo, quien le dijo que se fuera.

Finalmente fuera del castillo, Argonaut escuchó a los ciudadanos hablar entre ellos, dándose cuenta que la mentira del rey ya se había esparcido y estaba siendo buscado. Cuando uno de ellos lo reconoció se vio forzado a comenzar a correr una vez más. Después de un rato, no tuvo más opción que detenerse debido a que su rodilla estaba rota, causando que lamentara solo llegar hasta ahí pese a todo el apoyo que recibió. Al escuchar a alguien mencionar que sentía pena por él Argonaut volteó a ver, sorprendido al encontrar a Olna.

La adivina aseguró haber dejado el castillo solo para burlarse de él, sin embargo, su tono pronto cambio de uno monótono a uno molesto. Recapitulando todo lo que había pasado, ella le preguntó como era capaz de sonreír como siempre pese a ello en lugar de ser consumido por la desesperanza. En vez de responder él señaló que ella había estado sola mucho tiempo. Olna se enfureció ante la idea que sintiera lástima por ella, diciéndole que no sabía nada de ella.

Argonaut reconoció que, aunque eso era cierto, ella había sabido todo desde el principio, comentando que debió haber sido doloroso, pues a pesar de saberlo no había podido hacer nada. En respuesta ella lo golpeo a la vez que le preguntaba que debería haber hecho, recordándole que sin la cadena la ciudad perecería, forzándola a obedecer al rey a pesar de todo, siendo esta la razón de que odiara todo y a todos.

Él le dijo que incluso entonces continuara sonriendo, sin importar lo desesperada que fuera la situación, para así poder hacer sonreír a la persona llorando frente a él, diciéndole que quería salvarla y verla sonreír. Olna trató de hacerle una pregunta pero fe interrumpida por la súbita llegada de un grupo de soldados.

Cuando trató de defender a Argonaut el comandante del grupo le dijo que se fuera, no obstante, ella se rehusó a retirarse. El comandante le advirtió que el rey no la perdonaría si se sobrepasaba de esa manera y procedió a acabar con Argonaut. Para sorpresa de todos, Olna lo apuñaló con un cuchillo en un acto impulsivo, dejándolo tendido en el suelo. El resto de soldados los rodearon a ambos para capturarlos pero fueron detenidos por un extraño que acabó con todos ellos en un ataque.

El extraño se preguntó si estuvo bien ayudarlos, mencionando haber ido para ver al supuesto criminal que secuestró a a princesa solo para encontrarse con que los guardias lucían más viles que ellos. Posteriormente, cuando Argonaut se preguntó quien era, el extraño se presentó como Crozzo.

Parte 2[]

Despertándose bajo un cielo estrellado, Argonaut se preguntó donde estaba. Al ver que estaba despierto, Crozzo se acercó a ayudarlo y le recomendó no moverse, señalando que había sido gravemente herido. Luego de que el chico recordara su nombre él volvió a presentarse como un herrero y quien los había salvado. Notando que habló en plural, Argonaut se preguntó donde estaba Olna, quien se quejó de que se preocupara de otros tan pronto.

Luego de confirmar que estaba bien, el chico se dio cuenta que estaban en un campo fuera de Lakrios. Crozzo comentó que estaban muy lejos, asegurando que no los notarían incluso si hacían una fogata. Argonaut le agradeció por su ayuda y se presentó, aunque el herrero dijo ya saber de él, mencionando haber escuchado mucho sobre él de Olna. Procedió a explicarles que originalmente había ido para vender sus armas dado que la ciudad estaba en constante guerra pero en vez de eso terminó involucrándose en sus asuntos.

Antes de que pudieran continuar su conversación un grupo de monstruos los atacó. Mientras que los otros dos se alarmaron por ello, Crozzo les dijo que descansaran ya que él se haría cargo. De su cuerpo comenzaron a emanar llamas, las cuales Olna reconoció como el poder con el que antes los había salvado, y usando magia fue capaz de acabar con la horda rápidamente. Debido a sus dudas, les explicó de manera resumida que en una ocasión había salvado a un Espíritu y para salvarlo del estado crítico en que quedó este le transfirió un poco de su sangre. Habiéndoles contado su historia, les preguntó si ellos ahora le contrarían la suya.

Finalizado el relato, Crozzo quedo muy impactado por todo lo que le habían dicho, pero aún con lo increíble que era la historia decidió creerles, ya que no le parecían mentirosos. Ahora consciente de su situación, les preguntó cual era su plan, aunque ninguno tenía uno. Olna le pidió que les diera tiempo para descansar, lo que él comprendió.

Dado que ambos aún no se habían dormido, Argonaut le pidió a Olna un momento para hablar. Luego de irse a un lugar donde pudieran hablar sin ser escuchados, Argonaut le reveló que había decidido matar al Minotauro y rescatar a Ariadne, aunque admitió carecer de un plan. Olna le dijo que era imposible y se lo repetiría cuanto fuera necesario, remarcando que no tenía la capacidad para convertirse en un héroe.

Para su sorpresa, él reconoció que tenía razón, diciendo que era consciente más que nadie que no tenía las cualidades necesarias y mientras él solo podría salvar una persona otros podrían salvar a más gente en la misma situación. Incapaz de comprender su punto, Olna le pidió que fuera más claro. Argonaut le explicó que si bien una sola persona podría salvar unos cuantos otra persona podría salvar a los demás, seguro de que cooperando con otros era posible salvar a todos. Aclaró que a quien quería salvar era a ella, puesto que mientras el Minotauro viviera ella no sería feliz. Esto ocasionó que Olna se avergonzara, sintiendo que eso era similar a una confesión de amor, aunque pronto su rostro volvió a la normalidad cuando Argonaut agregó que también quería salvar a Ariadne.

Ella señaló que eso eran dos personas, haciendo que él corrigiera que entonces tenía que volverse alguien capaz de salvar dos personas. Sabiendo que no podría cambiar su decisión, Olna decidió apoyarlo. luego de que él le agradeciera por ello ella señaló que había actuado distinto desde que había despertado. Aunque él lo atribuyo al cansancio, su cambio hizo que Olna se diera cuenta que su actitud usual era más bien una fachada. Argonaut negó eso, declarando de manera animada y escandalosa que siempre había sido el mismo, ya habiendo regresado a su actitud anterior. Tras ello, los dos se fueron a dormir.

A la mañana siguiente, Argonaut propuso visitar el santuario del Espíritu para que les diera su poder. Olna descartó la idea inmediatamente como solo un rumor pero el joven se negó a creer que fuera falsa. Para sorpresa de los dos, Crozzo afirmó que había un Espíritu cerca y accedió a guiarlos hasta el. Mientras lo seguían Argonaut le preguntó a Olna cuanto tiempo les quedaba para poder salvar a Ariadne y se alegró al enterarse que todavía les quedaba mucho, agregando que su habilidad como adivina era increíble. Ella reveló que no tenía tal poder y negó saber la razón por la que era aceptada en la capital como invitada a pesar de no tener ningún valor.

En Lakrios, el rey estaba alterado debido a que aún no habían recuperado a Olna, ordenando enviar más soldados para buscarla. Elmina pidió que la dejara a buscarla pero su petición fue declinada, siendo en su lugar encargada con vigilar a los candidatos a héroes. Una vez que se fue, el rey, furioso, juró que haría a Argonaut pagar por llevársela.

Tras un arduo viaje, el grupo finalmente llegó a una cueva dentro de la cual se encontraba el santuario del Espíritu. Al entrar se encontraron con un gran grupo de monstruos mucho más fuertes que los de afuera, los cuales Crozzo se dispuso a enfrentar. Mientras lo observaban luchar, Argonaut se sorprendió por su fuerza, preguntándose si no bastaría con su ayuda para rescatar a Ariadne. Olna expresó su disgusto por el hecho de que dependiera tanto de él, pero también agregó que su poder parecía tener un límite, cosa con la que él estuvo de acuerdo. Su conversación fue interrumpida cuando unos monstruos se le escaparon al herrero y fueron tras ellos, forzándolos a correr.

Una vez que terminó con los monstruos y rescató a sus amigos, Crozzo comentó que el Espíritu parecía haber invitado a los monstruos como una prueba para aquellos que quisieran verlo. Olna se sorprendió por ello y le preguntó si a pesar de ello el Espíritu todavía los ayudaría, a lo que él respondió que tendrían que verlo para comprobarlo. Argonaut mencionó que lamentaba ser débil y que tuviera que depender en él, diciéndole que lo admiraba y era como un héroe. El herrero le dijo que eso no era cierto y no tenía interés en volverse un héroe ni el destino del mundo, dispuesto a dejarlo perecer si era lo que iba a pasar. En su lugar, pensaba en sí mismo como un arma que salvaría y apoyaría a quien quisiera. Concluyo con que su poder no era en realidad suyo, diciéndole que tenía que probarse a sí mismo frente al Espíritu si quería ser como él.

Habiendo llegado al fondo de la cueva, el grupo se encontró justo en frente del santuario del Espíritu. Argonaut se paró frente a este y llamó al Espíritu, pidiéndole su apoyo. El chico estaba emocionado por estar a punto de ver al Espíritu en persona, preguntándose si sería una chica, pero pronto su ánimo se transformó en decepción al ver que era más bien un anciano.

El Espíritu se presentó como Jupiter e igualmente mostró decepción al ver que su invocador era un hombre y no una chica. Crozzo y Olna expresaron su sorpresa ante la actitud ruidosa y brusca de Jupiter, ocasionando que este les reclamara que era un Gran Espíritu.

Al ver que Olna era linda le ofreció formar un contrato con él pero ella lo rechazó fríamente. Tras esto decidió optar por Argonaut y formó un contrato con él pese a las múltiples e insistentes protestas del chico. Finalizado el proceso, Jupiter se convirtió en una espada dorada brillante.

A la vez que se lamentaba por su mala suerte, Argonaut notó al igual que sus amigos que una considerable cantidad de personas se estaban acercando. Habiendo seguido su rastro, los soldados de Lakrios llegaron a donde estaban, dispuestos a acabar con el joven fugitivo. Esto lo alarmó pero se calmó después de que Crozzo le recordara que esa era la oportunidad que había estado esperando para volverse un héroe. Lleno de resolución, Argonaut se preparó para enfrentar a sus enemigos, acabando con todos ellos de un solo golpe.

Mientras tanto en la capital, al enterarse que todos los soldados enviados habían sido derrotados, el rey ordenó a su comandante que pusiera a Feena en un lugar público y anunciara su ejecución para atraer a su hermano. Más tarde, en la prisión, Ryuulu le contó sobre ello a la Mitad Elfa, diciéndole que sería en tres días. Ante esto, ella le pidió que la matara pero Ryuulu se opuso, argumentando que Argonaut no la perdonaría si lo hiciera y seguramente él estaba planeando como rescatarla. Ella respondió que esa era precisamente la razón por la que quería que la matara, ya que no quería que lo atraparan y ser una carga para él.

Intrigada por ello, Ryuulu le preguntó como se habían conocido, diciendo haber estado interesada por su relación y el profundo lazo entre ellos desde el principio, señalando que no parecían estar relacionados por sangre. Feena le contó que había nacido en una ciudad llamada Elcos y había sido ocultada por sus padres desde pequeña por temor a la reacción de la gente a que era Mitad Elfa.

Un día la ciudad había perecido ante un ataque de monstruos y pese a sus constantes pedidos de ayuda nadie acudió a su rescate debido a que era una mestiza. Sin embargo, él la había salvado y desde entonces los dos habían viajado juntos, con ella eventualmente comenzando a referirse a él como su hermano. Ryuulu le agradeció por contarle su historia y le aseguró que Argonaut iría a salvarla.

Dos días después, en las afueras de la ciudad, luego de preguntarle sobre su progreso en el dominio de su nueva espada, Olna interrogó a Argonaut sobre si venía de una familia real, señalando que sus creencias eran similares a las de alguien proveniente de una.

Él lo negó y afirmó ser solo una persona cualquiera proveniente de una aldea cualquiera, diciendo que todo lo que debía saber de él estaba en su diario y no necesitaba tragedia o tristeza en su historia, solo comedia. Habiendo regresado de su misión de reconocimiento en la ciudad, Crozzo les informó sobe la ejecución de Feena y que tomaría lugar al día siguiente. Decidido a rescatarla, Argonaut partió para ir por su hermana.

El día de su ejecución, Feena fue abordada por Elmina quien quería saber como se había vuelto tan cercana a Argonaut pese a no tener relación de sangre. Ella le respondió que había sido gracias a que se habían entendido mutuamente y que pasaron varios años juntos. Tras escuchar su respuesta, Elmina pensó un poco en ella y luego se fue. En otro lado, Olna le preguntó también a Argonaut por su relación con su hermana, admitiendo que nunca pasaba tiempo con la suya y no sabía como dirigirse a ella. Aunque no estaba de entender por completo su situación, le recomendó simplemente hablarle y decirle lo que verdad sentía.

Ya en las afueras de la ciudad, Olna le preguntó a Argonaut cual era su plan mientras que Crozzo ofreció algunas ideas para evitar que Feena fuera llevada al lugar de su ejecución, sin embargo, ambos quedaron estupefactos cuando Argonaut sugirió que no hicieran nada. En vez de ello, optó por tomar un camino secreto al interior del castillo, habiendo deducido de antemano que existía uno como salida de emergencia y que Olna sabía de el.

Ella lo interrogó sobre que estaba buscando en la armería en la que se encontraban, a lo que él respondió con otra pregunta, preguntándole como veía a un héroe la gente. Ella respondió que como un hombre fuerte y honorable, incitándolo a explicarle que aunque con uno de verdad era así, ese no era el caso con uno que no lo era, juzgándolo en su lugar por como lucía y sonaba.

Debido a ello, la gente podía terminar viendo como un verdadero héroe a alguien que no lo era. Con Olna aún confundida, el joven reanudo su búsqueda entre las varias piezas de equipo hasta que encontró lo que buscaba. Con ello en sus manos, los dos se marcharon de ahí.

Justo antes de que su hermana fuera ejecutada, Argonaut apareció en el andamio en que se encontraba y anunció que la liberaría. Aunque todos quedaron sorprendidos al ver su nuevo poder, los soldados no desistieron en capturarlo. En lugar de continuar luchando, dirigió su atención a la gente que los estaban viendo y declaró que probaría su inocencia. Teniendo la atención de todo el público, les dijo que él no había sido quien secuestró a la princesa sino un Minotauro, el cual había estado luchando.

El rey rápidamente procedió a burlarse de sus palabras llamándolas una mentira pero el chico respondió que tenía "su recuerdo y sus últimas palabras" como prueba de ello. Ante la confusión de los presentes, mostró un casco con un símbolo de rayo grabado en el, el mismo que portaba el Minotauro cuando lo había visto, y reveló que era el casco del General Minos, comentando que este había muerto. El comandante del rey lo descartó como algo falso pero Argonaut respaldo su declaración señalando que solo el General podría llevar el símbolo del rayo en el casco.

Prosiguiendo con su discurso, dijo que el General había muerto luchando con el Minotauro. Alarmado, el rey dijo que era una mentira y Minos seguía vivo, por lo que Argonaut lo desafió a llamarlo si era verdad. Viendo que el rey se quedaba quieto y sin decir nada, la gente creyó sus palabras y comenzó a caer en la desesperación. Sin embargo, Argonaut les dijo que no debían preocuparse, puesto que el General en su lecho de muerte le había pedido salvar a la princesa y seguir con su legado, declarando que era su sucesor, mostrando su poder del rayo como prueba de ello.

Pese a que todo era mentira, con las "pruebas" que tenía y sus enemigos incapaces de revelar la verdad, la gente quedó convencida de que lo que decía era verdad. Habiendo ganado el apoyo de la gente, Argonaut anunció que acabarían con el Minotauro y los llamó a unirse a él para dar principio a una nueva era de héroes, proclamando ese momento como el inicio y a sí mismo como el héroe del comienzo.

Esa noche, él y sus amigos se reunieron para descansar y discutir su plan de acción. Olna les explicó que debido al alboroto que habían causado Ariadne debía haber sido llevada ya al laberinto debajo del castillo, el lugar donde solían mantener al Minotauro, para sacrificarla a el. Feena interrumpió para preguntar la razón de que acamparan fuera de la ciudad, lo que los demás dijeron que era para evitar intentos de asesinato por parte del rey.

Ella se preocupó por ello pero se calmó cuando le dijeron que no intentarían nada de manera pública, ya que tenían el apoyo de los ciudadanos, y en vez los atacarían una vez en el laberinto para poder atribuir sus muertes al Minotauro. Tras ser interrogado por Crozzo sobre sus oportunidades de ganar Argonaut consultó a Olna sobre quien era más fuerte, el Minotauro o él. Pese a recibir confirmación de que estaba en desventaja no se preocupó dado que creía poder ganar con el apoyo de sus amigos. Terminada su discusión, Argonaut sugirió que se fueran a dormir para dirigirse al día siguiente al laberinto.

En vez de esto, Crozzo se fue con Garms y Yuri para preguntarles por algún taller en el área. Al enterarse que había una fábrica de armas pidió que lo llevaran ahí. Garms estaba dispuesto y accedió a llevarlo mientras que Yuri, aunque no estaba del todo convencido, accedió a ir también.

Al día siguiente, el grupo se dirigió al cañón en el norte del Páramo Kalunga para poder adentrarse en el laberinto, ya que era la única entrada que no estaba en el castillo y, por lo tanto, que podrían usar. Aunque la mayoría ya estaba allí, todavía faltaban Crozzo, Garms y Yuri, incitando al resto a preguntarse donde estaban. Una vez que llegaron Argonaut les preguntó por la razón de su tardanza, a lo que el herrero respondió entregándole una espada. El joven quedó maravillado por el arma y el calor que parecía emanar de la misma, haciendo que Crozzo le recordara que la sangre del Espíritu que lo salvó le permitía crear armas mágicas.

Emocionado por ello, Argonaut le preguntó si tenía nombre, lo que Crozzo confirmó, diciendo orgullosamente que era Minotan. Todos se quedaron callados al escucharlo, sorprendidos por lo malo que era. Cuando Crozzo preguntó por su opinión Argonaut mintió y le dijo que le gustaba, pero que por razones personales simplemente la llamaría Espada Mágica de Fuego. Tras esto, se aventuraron de una vez por todas en el interior del laberinto.

Tan pronto como entraron varios monstruos se dispusieron a atacarlos, habiendo sido conducidos dentro por el rey para acabar con ellos. Queriendo probar su espada mágica, Argonaut la usó contra ellos, dejando a todos maravillados por su poder. Aunque él se encontraba fascinado por ello Crozzo le recomendó tener cuidado, ya que una vez que se quedara sin poder la espada se rompería.

Mientras avanzaban Crozzo preguntó por la ubicación de la princesa. Olna explicó que los sacrificios eran ofrecidos en el altar en lo profundo del laberinto, sin embargo, ni siquiera ella sabía donde se encontraba. Yuri también era incapaz de distinguir el olor de Ariadne entre todos los demás. No obstante, pronto notaron un rastro de sangre en el suelo, el cual dedujeron que Ariadne había dejado para guiarlos, por lo que comenzaron a seguirlo.

En su camino se encontraron con soldados, dispuestos a enfrentarlos incluso si corrían el riesgo de también ser devorados por monstruos, complicándoles el combate al tener que lidiar con ellos y los monstruos al mismo tiempo. Mientras la batalla de tres lados proseguía, Yuri escuchó múltiples pisadas y pronto el grupo se dio cuenta que unos cuantos de ellos habían decidido guiar un enorme grupo de monstruos contra ellos a pesar de que también los mataría. El caos comenzó a desatarse en el campo de batalla, ocasionándoles aún más problemas al grupo de héroes y haciéndoles más difícil el permanecer unidos.

Viendo que no tenía otra opción, Crozzo optó por usar su magia para acabar con una gran parte de sus enemigos y abrirle el paso a sus amigos. Tras esto les ordenó al resto seguir mientras él se quedaba para lidiar con los soldados restantes. Argonuat estaba reacio a dejarlo pero accedió a hacerlo cuando el herrero le pidió que confiara en él, afirmando que ya lo hacía.

Enfurecido por sus acciones, el comandante de los soldados lo interrogó sobre sus motivos a pesar de no tener ninguna relación con la ciudad, preguntándole si quería convertirse en un héroe. Crozzo negó todo ello y hasta admitió no ser del todo consciente de lo que estaba haciendo, pero declaró estar seguro de querer hacerlo ya que quería apoyar a sus amigos tanto como le fuera posible.

Habiendo dicho esto, llamó el nombre de su Espíritu, Urus, y le pidió su poder, el cual usó para acabar con lo que quedaba de sus adversarios. Terminada su batalla, Crozzo dejó salir un suspiro de cansancio y reconoció haber abusado de su poder. Urus le informó que eso había acortado su esperanza de vida pero él le aseguró que estaba bien, pues lo había hecho para ayudar a sus amigos. Agotado, pensó que debía descansar, tras lo cual cayó al suelo mientras le decía a Argonaut que debía ganar.

Feena estaba insegura sobre sí Crozzo estaría bien por su cuenta pero Argonaut le aseguró que lo estaría ya que era alguien fuerte. El chico escuchó un grito que lo llamaba y se sorprendió al ver a los demás candidatos a héroes, quienes además se encontraban acompañados por unos monstruos. Ryuulu no comprendía como podían no ser atacados estando tan cerca de ellos, su confusión incrementando cuando estos obedecieron sus órdenes. Olna se dio cuenta que cada uno tenía un pedazo de la cadena que controlaba a Minos, lo que les permitía controlar a esos monstruos. Ella les advirtió que con trozos tan pequeños su poder se acabaría rápidamente, sin embargo, ellos no le creyeron.

Tras pensarlo un momento, Yuri le dijo a Argonaut que no podía perder el tiempo con ellos. Garms estuvo de acuerdo con él y le dijo que se fuera por delante de ellos. Argonaut trató de protestar pero Yuri no lo dejo hacerlo, señalando que no les quedaba mucho tiempo y diciéndole que confiara en ellos como lo hizo con Crozzo. El joven les preguntó si estaban seguros, comentando que sin ellos se quedaría solo con las chicas, molestando a todos por hacer una broma en ese momento. Antes de irse, les aseguró que no olvidaría lo que habían hecho por él y los invitó a beber juntos cuando todo eso acabara.

Iniciado el combate, los dos se sorprendieron por el colosal poder de las bestias. Uno de los candidatos a héroes se alegró al comprobar el poder de la cadena, seguro que con el podrían convertirse en los más fuertes, incitando a Yuri a comentar que todo usuario de la misma parecía convertirse en un monstruo. Otro de ellos se molesto por sus palabras, quejándose de que ellos siempre los hubieran subestimado y reclamando que no todos podían ser tan fuertes como ellos, forzándolos a convertirse en lo que eran.

Por su parte, Garms y Yuri usaron a Argonaut como ejemplo de que lo que decían no era cierto, ya que pese a carecer de fuerza había seguido para volverse un héroe justo como quería, diciéndoles que de lo que en verdad carecían no era talento sino voluntad. Enfurecidos, los candidatos ordenaron a los monstruos que acabaran con ellos, pero en su lugar acabaron con dos de ellos debido a que el control ejercido por la cadena había perdido efectividad. Ahora libres, los monstruos se volvieron más peligrosos. Con la fuerza que le quedaba, uno de los candidatos les dio la orden final de que los devoraran junto con ellos. Tras acabar con sus previos amos, uno de los dragones dirigió su atención nuevamente al par y lanzó un poderoso ataque.

A pesar de que había destruido una buena parte del área, el dúo fue capaz de sobrevivir al ataque gracias al escudo de Garms, aunque todavía quedaron muy malheridos. Yuri reconoció que serían incapaces de ganar en su estado actual. No obstante, creyó que si se bestificaba podrían hacerlo. Comentó que podía oler la brisa de un campo y el sol ya debería haberse ocultado, dejando que la luna brillara en el cielo. Al principio el Enano no entendió porque decía todo eso pero tras pensarlo un momento se dio cuenta de que quería decir. Tras un breve intercambio el Hombre Lobo le dijo que cavara, a lo que él respondió golpeando vigorosamente una pared.

Con todo su poder liberado, Yuri se enfrentó ferozmente a los cuatro monstruos ante él, logrando debilitarlos considerablemente. Desafortunadamente, uno de ellos fue capaz de atacarlo de vuelta, hiriéndolo gravemente. Yuri le encargó el resto a Garms, quien con su espada dio el golpe final a los monstruos. Habiendo obtenido la victoria, el Enano le informó a su compañero que habían logrado ganar, pero no obtuvo respuesta alguna. Ante esto, Garms se quejó, molesto de que todos siempre se fueran antes que él, y le dijo a Yuri que lo recodaría como un guerrero tan orgulloso y fuerte como un Enano.

Notando que el laberinto por fin había dejado de temblar, Ryuulu temió por lo que podría haberle ocurrido a Yuri y Garms pero Argonaut se negó a detenerse, resuelto a derrotar al Minotauro por ellos y todos los demás. Mientras tanto, Olna permanecía preocupada, preguntándose si Elmina no los iba a enfrentar y temiendo por lo que tuviera planeado hacer.

Mientras todos estaban ocupados con sus respectivos pensamientos, un temblor recorrió el lugar, anunciando que el Minotauro había despertado. Argonaut se abalanzó contra el pero se sorprendió al ver que sus ataques no tenían efecto. Intentó arremeter una vez más pero fue detenido por Elmina, quien lo atacó por sorpresa. Seguidamente, hizo que una pared cayera del techo para bloquear el paso, dejando a Argonaut herido a merced del monstruo e impidiendo que sus aliados lo ayudaran.

Feena le ordenó que levantara la puerta pero la Amazona se negó, señalando que una vez que la pared bajaba no podía levantarse. Ryuulu notó que ese había sido su plan desde el principio, lo que ella confirmó, agregando que Argonaut sería devorado por el Minotauro y ahora solo faltaba que se encargara de ellas. Feena y Ryuulu trataron de oponer resistencia, pero su oponente fácilmente las abrumó. Habiendo neutralizado a Feena, Elmina se dispuso a hacer lo mismo con Ryuulu.

Del otro lado, Argonaut se levantó y se preguntó donde estaban los demás. Al checar su condición se dio cuenta de lo grave que eran sus heridas, pero no tuvo tiempo para pensar en ello cuando vio al Minotauro acercándose. A pesar de sus esfuerzos el monstruo resultó triunfante, dejándolo abatido e incapaz de moverse. La bestia se preparó para acabar con él, sin embargo, fue interrumpida por el rey, quien usando todo el poder que le quedaba a la cadena le ordenó que ignorara a los intrusos y consumiera su sacrificio. Argonaut trató de llamar su atención pero no pudo hacer nada para detenerlo.

Olna le habló a Elmina, pidiéndole que se detuviera. La Amazona se negó y le aseguró que no debía preocuparse por nada ya que ella la protegería, provocando que esta le reclamara que ella no quería protegerla sino encerrarla como si fuera una mascota. Entristecida, ella respondió que incluso si era el caso seguiría haciéndolo. Devolviendo su atención nuevamente a sus oponentes, les dijo que ese era su fin. Afortunadamente para ellas, Garms llegó en el último momento y la ataco, impidiendo que las matara.

Luego de que le explicaran la situación el Enano se unió a la batalla. Lamentablemente, ni siquiera con su ayuda pudieron hacerle frente a Elmina. Ella les explicó que no los había matado ya que podrían defender Lakrios y de esa manera proteger a Olna. Feena se sorprendió de que se preocupara tanto por ella, lo que la Amazona dijo que debería entender dado que ella también tenía un hermano. Sin haber recibido una respuesta, continuo su asalto, declarando que el Minotauro era única forma de proteger la capital y que por el bien de Olna no dejaría que lo mataran.

Garms señaló que incluso si el Minotauro vivía la ciudad perecería pues solo quedaban dos miembros de la familia real. Sin embargo, ella comentó que otra persona podía simplemente volverse el dueño de la cadena y realizar sacrificios, aclarando que la única que le interesaba proteger era a Olna y por ello estaba dispuesta a hacer lo que sea.

Ryuulu comenzó a reir ante tales declaraciones, ocasionando que la guerrera le preguntara que era tan gracioso. La Elfa le explicó que ella solo estaba forzando sus sentimientos en su hermana sin prestarle atención a sus peticiones, diciendo que lo suyo no era amor sino una obsesión nacida a partir de un desesperado deseo por atención.

Continuando con su plática, Ryuulu le preguntó a Elmina si en verdad ella y su hermana provenían de Telskyura. La Amazona estaba confusa por su pregunta mientras ella prosiguió, revelando que hacia tiempo había visitado el país. En ese viaje, había escuchado sobre la más grande guerrera de esa nación, quien resultó que era Elmina. Además de ello, reveló que dicha guerrera no poseía ninguna hermana, habiendo matado ella misma a la única que tenía. Con esa información llegó a la conclusión que ella y Olna no eran hermanas, siendo esto solo una mentira, aunque desconocía la razón por la que esta había sido creada.

Basándose en eso, propuso que Elmina podría haber sustituido a su hermana verdadera con Olna. Esto provocó la ira de la guerrera, quien la tumbó de un golpe y enloqueció, comenzando a lanzar ataques de manera desesperada y al azar. Garms se sorprendió de que Ryuulu hubiera planeado aquello, comentando que era igual a Argonaut. La Elfa optó por aprovechar la oportunidad y le pidió que entretuviera a su oponente para ganarle tiempo, afirmando que los guiaría a la victoria.

El Enano accedió a su pedido y junto con Feena se enfrentó a Elmina. Usando el tiempo que le dieron, Ryuulu recitó el canto de su magia Wind Felicital, un encantamiento con el cual fortaleció a Garms, permitiéndole mandar volando a la Amazona de un golpe. A pesar de ello se negó a rendirse, declarando que protegería a Olna incluso si no estaban relacionadas por sangre. Feena le dijo que sentía simpatía por ella, pero aún así estaba mal por haber forzado sus deseos en Olna. Eso causó que ella la tomara por el cuello, aunque fue rescatada por Garms, quien le dijo a la guerrera que era hora de decidir al ganador.

Pese a perder y estar herida Elmina se negó a rendirse, insistiendo en que protegería a Olna. Viendo esto la chica cuestión le pidió que parara. Ella le dijo que entendía que todo lo que había hecho era por su bien y pese a que le había guardado rencor por ello no la había detenido ya que temía hacerle daño. Sin embargo, ahora que había decidido vivir como quería estaba dispuesta a hacerlo, y le agradeció por haberla protegido hasta entonces, haciendo que la Amazona por fin se rindiera.

Ryuulu llamó a Olna y Feena, pidiéndoles que fueran a apoyar a Argonaut, señalando que ella y Garms ya no podían ir con ellos debido a las varias heridas que tenían. La Mitad Elfa se apresuró a irse seguida por Olna, quien antes de irse le dijo a Elmina que se renacían deseaba que lo hicieran como verdaderas hermanas. Luego de que se fueran, Elmina comentó que esa batalla no tenía sentido, pues los monstruos continuarían emergiendo del agujero del que provenían. Sin embargo, Garms y Ryuulu se opusieron a esa idea, argumentando que otras personas seguirían su ejemplo y darían lugar a una nueva era.

Tras dar un rodeo las dos chicas se encontraron con Argonaut, quien aún yacía en el suelo. Feena trató de curarlo pero fue incapaz de hacerlo tras haber gastado toda su energía en las batallas anteriores. Pese a sus múltiples heridas y la gravedad de estas él se levantó para ir a enfrentar una vez más al Minotauro. Olna se opuso fervientemente a su voluntad, no queriendo que muriera. Ante su insistencia ella exclamó que detendría su deseo de volverse un héroe si era necesario, remarcando que no era necesario que él fuera el héroe.

Agonaut estuvo de acuerdo con ella en eso, sin embargo, declaró que solo él podía ser el payaso, sorprendiéndola. Él le recordó como ella había dicho que no merecía soñar con volverse un héroe, admitiendo que sabía eso desde hace mucho. Aunque lo deseaba, reconoció no estar calificado para convertirse en uno. No obstante, dijo que su verdadero deseo era proteger a todos, cansado de haber visto tanto sufrimiento. Debido a ello era que continuaba sonriendo para alegrar a los demás, preguntándose quien lo haría si no era él. Por eso, deseaba convertirse en la base para nuevos héroes y que todos sonrieran.

Finalmente entendiendo su motivación, Olna se dio cuenta del objetivo de su diario, el cual era exponer todos errores para así motivar a los demás a volverse héroes al mostrar que incluso un payaso como él podía hacerlo. Ella le preguntó si no deseaba escribir sus deseos pero él lo negó, argumentado que eran innecesarios ya que no harían a la gente sonreír. Entristecida, Olna le preguntó si en serio estaba satisfecho con eso, lo que él confirmó. Nuevamente, él le recordó que su historia no necesitaba tragedia ni miseria ya que era solo una comedia, pidiéndole que lo dejara ir.

Habiendo llegado el Minotauro por fin ante ella, Ariadne se resignó a su destino, estando dispuesta a ser comida con tal de garantizar la seguridad de la ciudad y Argonaut. Para su sorpresa, el monstruo fue detenido por un repentino ataque antes de que pudiera tomarla. Argonaut comentó que admiraba su valentía, no obstante, le pidió que fuera honesta y pidiera ayuda, anunciando que su héroe había llegado.

Ariadne se horrorizo al verlo ahí en el estado que se encontraba, diciéndole que había hecho lo que hizo para salvarlo. Argonaut respondió preguntándole donde estaba su sonrisa, espesando su deseo de hacerla sonreír. Él comentó que no tenía talento ni lo necesario para ser un héroe, siendo solo un payaso, y si no podía siquiera hacerla sonreír su vida no tenía sentido, preguntándole una vez más donde estaba su sonrisa. Con lágrimas en los ojos, ella respondió que estaba allí, justo enfrente del héroe que había ido a rescatarla, y le agradeció por haber ido a salvarla.

Viendo que estaba a punto de ser atacada, Argonaut se la llevó de donde estaba y la dejó al cuidado de Feena y Olna. Tras esto, llamó al Minotauro y le exigió una revancha, dando inicio a su duelo. El monstruo se quedó confundido por la actitud de su adversario, siendo la primera vez que era abordado por alguien con una sonrisa en vez de ira, miedo u odio, reconociéndolo como su primer verdadero oponente.

Determinado a interpretar el papel de payaso un poco más, Argonaut declaró que haría que toda la tristeza se fuera y era tiempo de las risas, refiriéndose a su pelea como el capítulo final de su comedia.

Con su cuerpo más allá de su límite, Argonaut se enfrascó en la batalla con coraje, usando el poder de su Espíritu para perseverar, mientras el monstruo, sonriente, le daba la bienvenida a su único enemigo, los dos rugiendo con fuerza en mitad del vigor del combate.

Feena se maravilló al ver que estaban igualados, no pudiendo comprender como su hermano se las había arreglado para estar a la par con el monstruo. Olna señaló que lo había logrado usando el poder de su espada, la electricidad aumentando su velocidad a la vez que quemaba su carne. Las chicas se sorprendieron al notar que debía estar sufriendo y su vida estaba siendo consumida, sin embargo, Argonaut continuo luchando sin dejar de sonreír.

En su castillo, el rey se preguntaba porque el Minotauro desobedecía sus ordenes y luchaba en lugar de comerse a la princesa o retirarse para recuperarse y volver después. Con un rugido, la bestia se quitó la cadena, libre al fin del su control, su voluntad habiéndose sobrepuesto a ella como resultado de su deseo de luchar. Dándose cuenta de esto, Argonaut se preparó para seguir peleando, deseando responder al deseo de su enemigo. Viendo esto, Olna le pidió que parara, sabiendo que si eguía su cuerpo sería consumido por el poder de la espada.

La batalla continuo por un tiempo hasta que ocurrió otro choque en el cual Argonaut fue empujado atrás, forzándolo a recurrir a su espada mágica. Preocupada, Olna fue adonde estaba pero él le dijo que se fuera, señalando que su pelea aún no había terminado. Acto seguido comenzó a buscar su espada, solo para que ella le dijera que estaba justo enfrente de él. Argonaut se rio de ello, comentando que era otra buena historia y se dispuso a anotarla, aunque fue incapaz de encontrar su diario. Dándose cuenta de la gravedad de su condición Olna le pidió que parara, argumentando que había hecho un gran trabajo al casi vencer al monstruo y podían volver más tarde con más aliados. Sin embargo, él se rehusó a huir, determinado a completar su historia.

Olna le dijo entre sollozos que entonces ella escribiría su historia y haría a todos sonreír en su lugar, pidiéndole que se retirara. No obstante, él se negó, preguntándole como haría a otros sonreír si ella no lo hacía. Le explicó que para hacer a otros sonreír primero tenía que empezar consigo misma y le preguntó si lo estaba haciendo, a lo que ella respondió que sí.

Tras notar que era cierto, Argonaut le confió su diario y le dijo que debía observar su historia hasta que terminara, anunciando que ese era el final de su viaje. Luego le pidió a Feena que le indicara donde estaba su oponente, el cual ella le dio que estaba justo delante de él. Dirigiéndose a su oponente, Argonaut le dio unas palabras para confirmar su deseo de dar fin a su pelea. Al obtener una respuesta positiva anunció que a partir de ese momento eran rivales y su pelea era una batalla del destino, llamándolo a seguir para cumplir los deseos de ambos.

Los dos continuaron hasta que Ariadne interrumpió y tomó la espada de Argonaut para asistirlo luego de que recibiera un ataque. Ella se disculpó por ello pero también mencionó que si era una batalla del destino tenía que resolver su destino respecto al Minotauro, queriendo compensar el mal hecho por la familia real y no ser solo un sacrificio esperando a ser salvado, queriendo no ser un estorbo y ayudarlo.

Argonaut se rio con tristeza al notar que había sido salvado, lamentando no haber podido volverse un héroe. Sin embargo, Ariadne le pidió su mano, aclarando que sin su ayuda sería incapaz de empuñar la espada, diciéndole que podrían un fin a ello juntos. Con su ánimo recuperado, Argonaut le dijo que tenía razón y le agradeció. Tras tomar el arma le pidió disculpas a su oponente porque las cosas terminaran siendo injustas para él, pidiendo que se volvieran a encontrar y continuaran su batalla en un combate solo entre ellos dos cuando renacieran. Finalmente, con ayuda de la princesa, Argonaut logró concluir a su enfrentamiento y salir victorioso.

En la habitación en la que se habían quedado, Elmina, Garms y Ryuulu escucharon un estruendo, dándose cuenta de que había logrado ganar. Fuera del laberinto, Crozzo también lo notó. Yuri le preguntó como seguía vivo, a lo que el herrero le repitió que había usado un milagro para curarlo. El Hombre Lobo comentó que había pensado en volver a ver a su hermana, causando que Crozzo le dijera que no comenzara con que deseaba haber muerto, diciéndole que podía hacer de todo si estaba vivo como diría Argonaut, con lo que él estuvo de acuerdo. Tras ello, felicitó al chico por su victoria y le agradeció.

A su regreso a la ciudad, tanto Ariadne como Argonaut fueron recibidos con vítores, este último siendo reconocido como un héroe por los ciudadanos.

En el castillo, el rey estaba impactado ante la derrota del monstruo, incapaz de creer que hubiera sido derrotado. Olna fue a hablar con él y le dijo que todo había acabado. Él le preguntó si estaba ahí para matarlo pero ella le respondió a su padre que no, diciendo que no tenía derecho a juzgarlo después de solo haber estado observando. También le agradeció por haber ocultado su identidad para que no fuera sacrificada, aunque mencionó que igualmente le guardaba resentimiento por ello.

Comentó como había entregado a varios otros con tal de no sacrificarla a ella, señalando que la había estado manteniendo encerrada desde la muerte de su madre. Su padre trató de decirle que en verdad había amado a su madre, pero ella ya lo sabía, reconociendo que entregarla lo había roto y debido a que lucía igual que ella había sido incapaz de sacrificarla también al Minotauro. Agregó que Argonaut le había dicho que debía perdonarlo, ya que él también había sido una víctima de las circunstancias.

Le explicó que, al igual que él, ella había pecado al permanecer callada, por lo que pagaría por ello contando una historia, habiendo ido para despedirse. Él trató de detenerla pero ella solamente respondió que ahora le tocaba observar como daban inicio a una nueva era, siendo ese su castigo.

Afuera de la sala del trono, Elmina le preguntó que planeaba hacer. Olna respondió que Ariadne se haría cargo del reino mientras que ella se dedicaría a leer libros. La Amazona cuestionó si estaba bien que no le contara que era su media hermana, señalando que la futura reina era su única y verdadera hermana. Ella le aseguró que estaba bien, segura de que si le decía la verdad solo la entristecería. Cambiando de tema, le preguntó que planeaba hacer, sugiriendo que se dedicara a proteger y ser su guardaespaldas cuando esta se quedó callada. Elmina le preguntó si estaba bien y tomó la oferta, agradeciéndole por ello. De igual manera, se disculpó por su actitud previa, a lo que Olna respondió que estaba bien.

Fuera en las calles de la ciudad, los candidatos a héroes se reunieron para hablar de lo que iban a hacer. Yuri comentó que su tribu se movería a la ciudad como habían planeado originalmente, además de que se dedicaría a protegerla. Garms dijo que también protegería la ciudad, sin embargo, una vez que fuera lo suficientemente segura, recuperaría su tierra y todas las demás que habían sido tomadas por monstruos. Ryuulu les preguntó si habían sido inspirados por Argonaut, cosa que ambos admitieron, y les aseguró que tratándose de ellos podrían lograrlo.

Crozzo decidió descansar ahí por un tiempo, aunque planeaba partir en otro viaje pronto, queriendo experimentar cuanto pudiera. Cuando se le preguntó, Ryuulu mencionó que se iría de inmediato ya que estaría muy ocupada contando lo que había visto ahí.

Feena llamó a su hermano para que se prepara pero él le aseguró que no necesitaba nada de eso ya que solo iba a saludar a la multitud desde el escenario. Ella lo golpeo en respuesta, recordándole que Ariadne lo iba a acompañar y amenazándolo para que no la avergonzara. Ariadne le dijo que se calmara, aclarando que solo les iba a contar lo ocurrido y sobre Argonaut a los ciudadanos.

Olna les informó que ya era hora que fueran, diciéndole a Feena que retrocediera. Ella se apresuró a seguir sus instrucciones, no sin antes decirle a su hermano que se comportara y felicitarlo. Una vez en el escenario, Ariadne le agradeció nuevamente a Argonaut por todo lo que había hecho por ellos, lamentando el precio por ello. Él respondió pidiéndole que viera el cielo, el cual mencionó que lucía hermoso, como si bendijera ese día, el comienzo de la nueva era. Ella estuvo de acuerdo aunque se preguntó como podía notarlo tras perder la vista. Él la corrigió, comentando que podía ver como todos sonreían felices. Cuando le preguntó si lo estaban haciendo, ella lo afirmó, diciendo que todos estaban sonriendo.

En el presente, Asfi se encontró con Hermes, preguntándole que estaba haciendo. El Dios le preguntó si había escuchado la historia de Argonaut, haciendo que ella se extrañara. Ella afirmó haberla escuchado, comentado que era un cuento que todos conocían sobre un payaso que había logrado matar accidentalmente a un Minotauro luego de haber sido objeto de burla y engañado. Hermes dijo que tenía raro pero reveló que la historia estaba muy lejos de la realidad, habiendo sido creada específicamente para servir como una tonta comedia.

Asfi le preguntó cual era su punto, a lo que él reveló que habían encontrado unas notas en unas ruinas que habían descubierto, la cual tras investigar habían descubierto que era la historia original de Argonaut. Asfi se sorprendió al escuchar esto, mientras que Hermes añadió que era más bien un diario personal de Olna, una de los tres grandes poetas, que junto a Wishe había escrito historias de figuras famosas como Galmuza, Yulis y Elshana, dándole esperanza a la gente y motivándola a unirse para sobreponerse a las adversidades de su época.

Maravillada porque una persona como ella hubiera escrito la verdadera historia de Argonaut, Asfi le preguntó por el contenido del diario. Hermes se negó a contarle sobre el, aclarando que no planeaba difundir la historia y esta debía permanecer en secreto, justo como había puesto la escritora misma. Esto hizo que Asfi se preguntara para que había escrito su historia si no quería que fuera conocida. Hermes le explicó que había sido porque había querido que alguien supiera la verdad sobre Argonaut, llamándolo la forma más grande de amor.

Reflexionando sobre lo escrito, Hermes comentó que había estado muy ocupado en ese entonces pero ahora entendía porque ese anciano estaba tan emocionado cada que observaba el mundo inferior.

Asfi dijo que incluso si lo escrito en el diario era la verdadera historia de Argonaut su aventura había terminado hace mucho con la llegada de los Dioses. Al escuchar esto, Hermes la corrigió, diciendo que sus aventuras nunca terminarían.

Ante la exclamación alegre de su amiga, Lefiya le preguntó a Tiona, mientras que Ais señaló que el libro que tenía era su historia favorita, lo que ella confirmó, mencionando que solía leerla todo el tiempo. Tione dijo que era cierto, recordando que la leía hasta tarde en la noche y tenía que patearla para hacer que se fuera a dormir. Tiona comentó que la historia la hacía sonreír incluso cuando estaba triste y la motivaba a seguir sonriendo, haciendo que Ais se diera cuenta que era por esa historia que ella siempre sonreía.

Tiona le preguntó Tione si podía comprarlo pero ella se lo prohibió, recordándole que ya tenía una gran deuda debido a su arma, provocando que ella se quejara, lo que ocasionó que ambas se enojaran. En ese momento, la atención de Tiona se dirigió a Bell cuando lo notó, saludándolo y preguntándole si iba al dungeon.

Al escuchar que ese era el caso, Ais le dijo que se cuidara, mientras que Lefiya le dijo con algo de molestia que tratara de no tropezarse, incitando a Tione a señalar que no estaba siendo muy honesta consigo misma. Por su parte, Tiona le gritó alegremente que diera su mejor esfuerzo. Bell respondió que eso haría y se despidió. Mientras se iba, Tiona le dijo que lo seguiría animando y observándolo como siempre.

Extra Story[]

Habiendo terminado de leer la historia de Argonaut, un joven Bell dejo escapar un sonido de queja, haciendo que su abuelo le preguntara cual era el problema. Al ver la historia que estaba leyendo, el anciano le dijo que esa era su historia de héroes favorita. El niño respondió que el personaje no era genial, siendo incluso salvado por la princesa al final, motivándolo a preguntarle como es que era la historia de un héroe.

Su abuelo le dijo que esperara y viera, comentando que ese solo era el comienzo de su historia. Bell dudó de sus palabras, señalando que ese era el final de la historia. Él le respondió que eso no era cierto y su historia aún seguía, añadiendo que estaba emocionado por ver que haría y traería al mundo, comentando que había sido su alegría observarlo desde que lo había conocido. Todo esto dejó a Bell confundido, incapaz de entender a que se refería.

Su abuelo le recordó que no debía dejar que nadie decidiera por él y ser honesto consigo mismo, asegurándole que se lo repetiría cuantas veces fuera necesario. Le dijo que esa era su historia y solo él podía decidir como avanzaba.

Creación, Desarrollo y Comentarios[]

Oomori describió el evento como una historia sobre un payaso que canta y baila el cual anuncia la llegada de una era de héroes.[7] Fue el primero de la serie de los Tiempos Antiguos[7] y está basado en el escenario detrás de escenas que se encuentra en el núcleo, los fundamentos, de DanMachi.[8]

Argonaut con Olna

Argonaut y Olna

El escenario original solo contaba con el payaso, Argonaut; la princesa, Ariadne; y la adivina, Olna; así que Oomori tuvo que agregar nuevas adiciones que consistían en otros personajes y detalles sobre el escenario de la historia. En particular recuerda haber estado entusiasmado al meter a Crozzo al final de la primera parte como sorpresa.[8] En su opinión Olna se convirtió en un personaje tan importante que la historia de Argonaut no podría ser contada sin ella.[9]

Oomori recuerda que fue impresionante ver como el productor Nozawa y resto del equipo se esforzaban para decidir como iban a realizar el lanzamiento y como sacarle el máximo provecho posible a los personajes.[7] Cree que el evento hace un extremadamente buen uso de imágenes estáticas.[9]

Durante la producción Kimura Juri, actriz de voz de Feena, le preguntó a Oomori si había algún héroe Pallum, pero le respondió que estaba reacio a revelarlo ya que quizás haría otra historia. También ya había pensado que si en algún momento Elmina se "quebraría" sería en ese entonces, por lo fue en Argonaut la mantuvo seria desde el principio hasta el final.[10] Finalmente sí elaboró dicha historia y llevó a cabo las ideas mencionadas con la introducción de los Caballeros de Fianna y el enamoramiento de Elmina con Dim en Knights of Fianna.

Argonaut Equipo Completo

Argonaut dando su discurso en la plataforma de ejecución

Oomori dice que quiere a todos los personajes de los Tiempos Antiguos, inclusive el Rey de Lakrios.[8] Considera que la escena del discurso de Argonaut en la plataforma de ejecución funcionó perfectamente cuando fue adaptada del guion al juego y es probablemente su escena favorita de DanMemo. Comentó que en verdad le gusta la actuación apasionada de Matsuoka Yoshitsugu e incluso a día de hoy suele ir a escuchar la escena cuando se siente decaído.[11] Al igual que el suyo, Oomori también califica como "divina" la actuación de Murakawa Rie, actriz de voz de Olna, y recomienda a los fans que la escuchen.[9]

El personaje de Argonaut acabó volviéndose demasiado popular para que el equipo de DanMemo pudiera ignorarlo, por lo que decidieron usarlo nuevamente en el segundo evento de colaboración con Date a Live, Ais Engagement.[7] Oomori aparentemente sufrió de una situación similar. En un top de historias que no quiere volver una novela ligera, Argonaut figura en el cuarto puesto.[12] Sin embargo, en una ocasión dijo que tal vez lo haría si todos se juntaban y lo pedían.[13] Finalmente el evento acabó por recibir una adaptación en formato de novela ligera como el sexto de los diez proyectos en conmemoración del décimo aniversario de la franquicia.[5] Oomori además en una ocasión le pidió en broma a la cuenta oficial del anime que hicieran una adaptación a anime o película de Argonaut así como de Astrea Record.[14]

Referencias[]

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