Diosa Ayudante (神サポーター) es una historia corta dada a quienes compraron el volumen 2 de DanMachi en Toranoana.
Resumen[]
Bell estaba enfrascado leyendo un libro cuando Eina de repente le preguntó si no podía contratar a un ayudante. Los dos se encontraban en una biblioteca del Gremio en una de las rigurosas clases sobre el dungeon de Eina. Había pasado poco más de una semana desde que Bell se había convertido en aventurero y su asesora se había encargado de organizar esas sesiones regularmente. Aún si estaba cansado después de explorar el dungeon, el chico había atendido a todas sin falta y las completaba sin importar cuán pesada fuera la carga impuesta en él.
Luego de que acabara de estudiar, la Mitad Elfa le preguntó de nuevo respecto si le era difícil contratar un ayudante. Dado que no tenía un grupo Eina insistía en que trabajar por lo menos junto a uno temporal, ya que a pesar de ser no combatientes en ocasiones habían ayudado a aventureros a escapar del borde de la muerte.
Interesado, Bell preguntó cuanto costaba contratar uno, pero descartó la propuesta cuando Eina le informó que normalmente eran mínimo 1,000 valis, más un extra que dependía de cuanto hubieran ganado en el día. Incluso haciendo un estimado rápido, Bell determinó que le costaría la mayoría de lo que ganaba, dejándolo sin fondos suficientes para darle mantenimiento a su arma o comprar items para el próximo día. Eina entendió que su situación económica era precaria. Aún así, le pidió que lo hablara con su Diosa.
Bell discutió el asunto con Hestia durante la cena. Sin embargo, llegaron a la conclusión de que no podían pagar uno. Hestia estaba preocupada por la seguridad de Bell, pero su dependiente le aseguró que podía seguir yendo solo. Hestia entonces decidió que lo acompañaría al dungeon como su ayudante, aprovechando además que mañana era su día libre. Aclaró que solo se encargaría de cargar su equipaje, aunque él seguía reacio a la idea. Trató de protestar en contra de su propuesta pero Hestia le preguntó si no la protegería si llegaba a estar en peligro, ante lo que Bell solo fue capaz de responder que claro que lo haría.
Viendo lo tranquila que su Diosa se comportaba respecto a adentrarse en el dungeon Bell le preguntó si estaba bien eso, puesto que nunca había visto a un Dios entrar al dungeon. Hestia simplemente dijo que no creía que los fueran a descubrir si se quedaban en el Piso 1, comentario que preocupó a Bell aún más. Al final, fue incapaz de disuadirla, y los dos acordaron ir al dungeon juntos el próximo día.
Al día siguiente, Hestia quedó maravillada por la apariencia y estructura del dungeon que en verdad parecía un laberinto. El chico le había pedido que se disfrazara usando una vieja capa con capucha, ya que no quería que otros aventureros se burlaran de él porque su Diosa lo acompañara, plan que aparentemente había sido exitoso. Bell se sentía bastante preocupado de que ella estuviera ahí, mientras que Hestia avanzaba despreocupadamente.
Cuando un Goblin apareció ella le extendió su mano. Bell casi se desmayó y corrió a su rescate cuando este la golpeó en la mejilla, derrotándolo en un instante. Hestia se había confiado debido a que era conocido como el monstruo más débil del dungeon, sin embargo, Bell señaló que no debía medirlo en base a sus estándares actuales. Le ordenó que evitara realizar actos imprudentes y se mantuviera detrás de él. Consciente ahora de lo peligroso que era el dungeon, una titubeante Hestia accedió.
Los dos avanzaron por un rato, Bell permaneciendo cauteloso en todo momento, hasta que Hestia vio una piedra mágica tirada en el suelo y fue por ella. Un Kobolt aprovechó para abalanzarse sobre ella desde una esquina. Bell acabó con el monstruo de una patada y tras ello los dos acabaron en el piso, Hestia temblando asustada y Bell agotándose rápidamente por el estrés de cuidar a su Diosa. Después de eso Hestia continuó reteniéndolo, confundida y desconcertada por el dungeon, forzándolo a ayudarla para poder seguir adelante.
El par optó por descansar en una habitación cuadrada donde Hestia se disculpó por ser una carga para Bell, pero el chico lo negó y trató de animarla. Sabía que a pesar de estar encargados de cargar equipo los ayudantes eran profesionales quienes habían acumulado habilidades, por lo que no era un trabajo sencillo.
Mientras descasaban, Hestia de repente le dijo que había aparecido otro monstruo el cual se parecía a un pollo. Bell miró en la dirección que estaba señalando y comprobó que efectivamente era verdad. Su expresión sin embargo cambió al examinar sus características y darse cuenta que era un Jack Bird. Hestia se preocupó al ver su reacción, pensando que quizás era un monstruo muy fuerte. Bell se apresuró a calmarla y contarle sobre el monstruo. El Jack Bird carecía de habilidades de combate y lo único destacable sobre él era lo veloz que era. No obstante, al matarlo estaba garantizado que uno obtendría el drop item en su estómago, el Huevo Dorado de Jack Bird, el cual valía por lo menos 1,000,000 de valis.
Ante esa información Hestia se entusiasmó por la posibilidad de obtener todo lo que quisiera. El monstruo entonces extendió sus alas y se dispuso a huir. La Diosa lo persiguió y Bell trató de seguirla, pero pronto la vio regresar ahora siendo ella perseguida por una horda de Goblins y Kobolts. Los dos pasaron el resto del día escapando de los monstruos. Una vez que regresaron exhaustos del dungeon, Bell se dio cuenta que Hestia había tirado la mochila con todo lo que habían conseguido ese día.
A partir de ese día, Hestia no volvió a acompañarlo y Bell decidió contratar a un ayudante verdadero o hacerse amigo de uno, habiendo comenzado a pensar más seriamente en el asunto.