Recuerdos de la herrera (
Resumen[]
Inclusive antes de hablar con ella por primera vez Tsubaki ya había visto a Ais. Su primera impresión había sido que iba a morir. La herrera había visto como mataba incontables monstruos en el Dungeon.
Ais seguía peleando aún cubierta de heridas con una expresión monótona y ojos en los que ardía una llama negra. La Mitad Enana concluyó que aunque fuera de manera inconsciente la niña se veía a sí misma como una espada que no paraba de abusar.
Era por eso que cuando hablaron la llamó una espada que todavía no estaba rota. Lo único que le importaba era saber cuando alcanzaría su límite. Sin embargo, la próxima vez que la vio en el Dungeon se sorprendió al notar que, pese a que era igual de feroz en batalla, ahora se cuidaba mejor. Tampoco podía creer la expresión que Ais hizo cuando Riveria la limpió.
Cuando la niña se presentó en su taller unos días después Tsubaki repitió que no le haría un arma. Ais aclaró que lo que quería que le hiciera no era un arma sino una pinza para el cabello. Cuando le preguntó por qué lo quería, respondió apenada que su cabello largo le estorbaba. Luego de entrecerrar su ojo la herrera sonrió y accedió a hacerlo, añadiendo que lo haría gratis.
Mientras creaba el accesorio, Tsubaki consideró que quizás después de todo no se rompería. Ver a la niña cambiar la hizo pensar que quizás algún día esa "espada" encontraría una vaina.